Más allá de su efecto sonoro, muchos cerrarán filas con una frase tan simplista como ésta “¡que broma de mal gusto¡”, expresando así su rechazo por la ciencia. Los científicos han propuesto la teoría de la Eva genética, una de las teorías de la evolución humana más polémicas e interesantes, según la cual los caracteres fenotípicos o rasgos físicos que diferencian a las supuestas “razas”, habrían sido condicionados a las adaptaciones climáticas. La hipótesis esta basada en el ADN mitocondrial, que se transmite por vía materna y cuyas pruebas se remiten al continente de África: “Todas las líneas mitocondriales convergen hacia atrás en una Eva que habitó en África hace entre 100,000 y 200,000 años (la Eva Negra que da nombre a la hipótesis)”(1) , afirma el paleontólogo español Juan Luis Arsuaga.
La teoría de la Eva negra pone en jaque la noción de la raza pura. En el presente los purismos están siendo cuestionados, no sólo en la categoría de raza sino en el campo de la cultura, ya que la noción de identidad nacional en el actual contexto de globalización es difícil que se adscriba sólo en el espacio o en el territorio compartido. La crisis del Estado-Nación y la del concepto de la igualdad de ciudadanía sin distinción étnica ni de género -que nació con la Revolución Francesa-, hace difícil hablar hoy de nación y/o nacionalidad, y que todos los ciudadanos se identifiquen con una sola cultura, una sola lengua y una sola historia.
El continente que más se dispersa por el mundo es Latinoamérica debido a la falta de empleo y a la pobreza. Ello ha originado nuevos fenómenos culturales y nuevas identidades. Un ejemplo concreto son las mutaciones en el lenguaje como el spanglish o el italañol. El antropólogo mexicano Néstor García Canclini llama “culturas híbridas” a este fenómeno, entendido como mestizaje cultural, y no sólo mestizaje racial o biológico, que abarca también el ámbito del sincretismo religioso y el de las fusiones culturales. En su libro “Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad” se refiere a los “procesos socioculturales en los que estructuras o prácticas discretas, que existían en forma separada, se combinan para generar nuevas estructuras, objetos y prácticas. Cabe aclarar que las estructuras llamadas discretas fueron resultado de hibridaciones, por lo cual no pueden ser consideradas fuentes puras…”